martes, 17 de enero de 2012

Todo comenzó...

Mi primera experiencia en el mundo del UWR fue un día... Espera, ¿Qué son esas caras?... Claro, no os he dicho lo que significan estas siglas... Muy sencillo, significan Under Water Rugby, o en la lengua de Cervantes; Rugby Subacuático.
Al principio a mí también se me quedó esa cara, y fue peor cuando lo pensé: Rugby; hostias a cascoporro por un balón, y Subacuático; hostias por un balón, debajo del agua, y sin aire!!!... -"Panda de pirados!", fue lo primero que pensé, y lo hice con conocimiento de causa, porque mis amigos y yo practiquemos el deporte que practiquemos, tenemos nuestras taras.
El caso es que un día uno de ellos, me invitó a una especie de demostración en una piscina de Ribas, atestada de gente, y lo peor de todo: Niños!. Obviamente, mi primer contacto con el deporte se vio muy mermado en calidad y no acabé de encontrarle el punto. De hecho, mi creencia en que más que un deporte aquello era un suplicio, se vio ciertamente confirmada.

Muchos meses más tarde, después de haber sufrido unos cambios a nivel personal muy importantes, me ofrecieron ir a las piscinas del Mundial 86, en Madrid a ver un campeonato de Rugby-sub. Como tenía curiosidad por verlo desde fuera, me animé, e incluso ayudé a cronometrar uno de los partidos. Pero tenía el tiempo pillado por otros planes y estuve solamente media mañana, pudiendo ver apenas un partido y medio.
Al meterme en el agua, parecía prometedor, ya que después de mi primer mal sabor de boca, no me apetecía repetir el tragar agua y estar perdido sin saber qué hacer, pero sí me llamaba meterme en una piscina para ver a mis amigos zurrarse (y ser zurrados) bajo el agua.
Debo reconocer que me llamó mucho la atención, tanto, que empecé a interesarme de manera voluntaria, preguntando por las reglas y demás. Y cada vez me picaba más el gusanillo de probarlo en serio.
Mi siguiente acercamiento fue en Barcelona en otro campeonato que tuvo lugar el fin de semana del 25 de Junio: El CERSC (campeonato de clubes de España de Rugby Sub.). Allí estuve un fin de semana con tiempo de sobra para sacar las conclusiones finales sobre este deporte.
Me ahorraré las experiencias fuera del agua, todas muy buenas, divertidas y originales, las resumiré diciendo que conocí a mucha gente, como "Los Elementos" que ahora son compañeros de equipo, para intentar expresar en palabras mis sensaciones al ver "eso" bajo el agua.
Era un bonito y soleado día, SOLEADO, porque pegaba de lo lindo. Después de los preparativos iniciales, cuando comenzó el campeonato, me metí en el agua con mi máscara y mi tubo para ver de primera mano en qué consistia realmente el Rugby-Sub.
Como ya me había informado de las reglas, más o menos partía de la base de que son dos equipos compuestos por 6 jugadores en el agua cada uno y otros tantos fuera del agua de relevos, que luchaban por meter un balón, con flotabilidad negativa, dentro de la canasta del equipo contrario. Se puede atacar al poseedor del balón y éste puede hacer lo mismo. Lo que no está permitido es tirar/agarrar de las aletas, de la máscara o del bañador, todo lo demás vale (estos son mis conocimientos de base en aquellas fechas, ahora sé algo más). Además existen tres posiciones: Portero, Guarda y Medio (aunque se llame así, es el delantero). Con esta base, pude entender la forma de luchar por el balón, de atacar y de defender; y después de ver varios partidos, puedo decir que me entraron unas ganas locas de estar ahí abajo, en medio de la gresca subacuática. Pese a que estás a unos 4 mts de profundidad, sin aire, y peleando por un balón, tiene algo que no os puedo explicar, y eso que es lo que pretendía transmitir. Obviamente es muy duro, pero cuanto más partidos veía, más ganas me entraban de estar ahí abajo. Tiene un "nosequé" que te hace tener ganas de probarlo, y una vez probado, de jugarlo.
Cuando acabó el campeonato, les dije a mis sonrosados y torrados amigos:
-"Tíos, yo quiero jugar a esto".

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