lunes, 23 de enero de 2012

El fin del verano...

Después del verano, estaba con unas ganas locas de volver a entrenar, pero por temas de intendencia, hasta principios de Octubre, no iba a poder hacerse en la piscina de Las Encinas, por eso, algunos de los Osos, consiguieron una piscina en Getafe, algo justa de profundidad, pero suficiente para quitarnos el mono de rugby-sub.
Obviamente, la gente nos miraba raro, imaginaos a seis tíos, buenos y machorros, con bañadores de natación en lugar de las bermudas piscineras, con gorros de waterpolo, aletas, con unos balones que se hundían en el agua y una especie de papelera de metal... Tremendo.
Ricardo dirigió el entrenamiento, y una vez más, pese a la poca profundidad y lo pocos que fuimos, todo fue muy divertido.
Como ya me habían dicho, dada mi estatura, mi puesto iba a ser el de Guarda. Además de que dar patadas a la gente siempre se me ha dado bien, tanto que hasta me he ganado un cinturón negro por ello :) Tan bien se me daba, que ese día de entrenamiento recibí a uno de mis compañeros con un cariñoso talonazo en la cara (perdón Félix). Cariñoso, ya que no hubo consecuencias. Por si acaso, pregunté si eso era legal, y me aclararon que incordiar para mantener la distancia, sí; patear no.
Cuando ya se nos hizo de noche, lo dejamos, y nos fuimos disfrutar de otra de las especialidades de los deportistas: El tercer tiempo; en el que nos pudimos recargar las pilas, y tomar unas cañas y unas tapas un tanto especiales: hamburguesas (sí amigos, como tapa).
Este fue el último del verano en una piscina al aire libre.
El siguiente ya se hizo en el club oficial, Las Encinas, en la piscina cubierta.

miércoles, 18 de enero de 2012

Arrancando...

Creo que fue en Julio cuando me junté con mis amigos, esos aficionados a las hostilidades subacuáticas del club Osos de Madrid, por primera vez para meterme en una piscina. No tenía aletas calzantes, ni gorro, pero ahí fui, con mis ganas por delante.
Fue en el Club Las Encinas, en una bonita y fría piscina al aire libre, que, por supuesto, estaba vacía, ya que eran las 9 de la mañana (o antes incluso, pero era muy pronto para ser verano) de un sábado, donde arranqué en esto del Rugby-Sub. Ése día apareció un grupo de invitados de Valladolid, a algunos les había conocido ya en Barcelona y en la piscina de Mundial 86, gente muy agradable, todo sea dicho.
Nada más meternos en el agua, un tal Ricardo (a éste no le conocía) tomó las riendas del calentamiento, y del entrenamiento, que básicamente consistió en jugar. Como estaba muy perdido, me pusieron de medio (delantero), y me dediqué todo el tiempo a molestar lo más posible, ya que poco más podía hacer. Después de estar una hora larga jugando, acabé agotado y encantado, todo en uno.
Estos entrenamientos, por lo visto, comenzaron a hacerse porque había un mundial en Berlín, y quienes iban a participar formando parte de la Selección Española, necesitaban dar un último apretón antes de esa fecha. La piscina estaba muy bien, profunda, limpia y luminosa, pero por un problema entre la proporción de asistentes Vs costes, tuvieron que cancelarse los entrenamientos allí. Aunque la dirección del club, buscó rápidamente otra piscina en la que continuar con los mismos. Era la piscina del club Puerta de Hierro, que sin llegar a tener la profundidad de la de Las Encinas, servía para entrenar físico a base de bien. Poco a poco le fui pillando el rollo a esto, aunque el tema de las apneas lo llevaba fatal, y el ir conociendo más cositas del deporte lo hacía (y continúa haciéndolo) más interesante.Después, un agradable y reponedor desayuno al Sol mañanero, ponía el broche de oro a mi primer contacto con el Rugby-Sub.
Debo decir que es un deporte muy, pero que muy interesante; en el que dependes muchísimo de tus aptitudes y de tu compañero, ya que es con él, con quien haces los cambios (pistón; cuando uno está abajo, el otro está arriba respirando para bajar a dar el relevo), y si fallas, lo más probable es que des al traste con alguna jugada ofensiva o defensiva de todo el equipo.
Algo que puede parecer una pega enorme, es la falta de aire, pero es justo éso lo que hace de éste un deporte tan especial. Puede que la sensación estando abajo llegue a ser angustiosa, porque el relevo se hace eterno, y la cabeza siempre está mandándote mensajes para que subas a respirar, pero lo sorprendente es que cuando menos lo piensas, más a gusto estás.
Esto, por lo que me han contado, mejora con la experiencia, y mejora aún más, si eres capaz de bajar llenando menos de aire los pulmones, para que tener que luchar menos por bajar y por mantenerte abajo, pero claro, esto ya es un tema de cabeza y se adquiere con la experiencia.
Ese verano, también pude disfrutar de una concentración de la Selección en Valladolid, en la que hicimos un entrenamiento intensivo de fin de semana, y donde poco a poco seguí cogiéndole el tranquillo al tema.
Y justo cuando estaba emocionado con el Rugby-Sub... Llega Agosto... Con el consiguiente parón vacacional...

martes, 17 de enero de 2012

Todo comenzó...

Mi primera experiencia en el mundo del UWR fue un día... Espera, ¿Qué son esas caras?... Claro, no os he dicho lo que significan estas siglas... Muy sencillo, significan Under Water Rugby, o en la lengua de Cervantes; Rugby Subacuático.
Al principio a mí también se me quedó esa cara, y fue peor cuando lo pensé: Rugby; hostias a cascoporro por un balón, y Subacuático; hostias por un balón, debajo del agua, y sin aire!!!... -"Panda de pirados!", fue lo primero que pensé, y lo hice con conocimiento de causa, porque mis amigos y yo practiquemos el deporte que practiquemos, tenemos nuestras taras.
El caso es que un día uno de ellos, me invitó a una especie de demostración en una piscina de Ribas, atestada de gente, y lo peor de todo: Niños!. Obviamente, mi primer contacto con el deporte se vio muy mermado en calidad y no acabé de encontrarle el punto. De hecho, mi creencia en que más que un deporte aquello era un suplicio, se vio ciertamente confirmada.

Muchos meses más tarde, después de haber sufrido unos cambios a nivel personal muy importantes, me ofrecieron ir a las piscinas del Mundial 86, en Madrid a ver un campeonato de Rugby-sub. Como tenía curiosidad por verlo desde fuera, me animé, e incluso ayudé a cronometrar uno de los partidos. Pero tenía el tiempo pillado por otros planes y estuve solamente media mañana, pudiendo ver apenas un partido y medio.
Al meterme en el agua, parecía prometedor, ya que después de mi primer mal sabor de boca, no me apetecía repetir el tragar agua y estar perdido sin saber qué hacer, pero sí me llamaba meterme en una piscina para ver a mis amigos zurrarse (y ser zurrados) bajo el agua.
Debo reconocer que me llamó mucho la atención, tanto, que empecé a interesarme de manera voluntaria, preguntando por las reglas y demás. Y cada vez me picaba más el gusanillo de probarlo en serio.
Mi siguiente acercamiento fue en Barcelona en otro campeonato que tuvo lugar el fin de semana del 25 de Junio: El CERSC (campeonato de clubes de España de Rugby Sub.). Allí estuve un fin de semana con tiempo de sobra para sacar las conclusiones finales sobre este deporte.
Me ahorraré las experiencias fuera del agua, todas muy buenas, divertidas y originales, las resumiré diciendo que conocí a mucha gente, como "Los Elementos" que ahora son compañeros de equipo, para intentar expresar en palabras mis sensaciones al ver "eso" bajo el agua.
Era un bonito y soleado día, SOLEADO, porque pegaba de lo lindo. Después de los preparativos iniciales, cuando comenzó el campeonato, me metí en el agua con mi máscara y mi tubo para ver de primera mano en qué consistia realmente el Rugby-Sub.
Como ya me había informado de las reglas, más o menos partía de la base de que son dos equipos compuestos por 6 jugadores en el agua cada uno y otros tantos fuera del agua de relevos, que luchaban por meter un balón, con flotabilidad negativa, dentro de la canasta del equipo contrario. Se puede atacar al poseedor del balón y éste puede hacer lo mismo. Lo que no está permitido es tirar/agarrar de las aletas, de la máscara o del bañador, todo lo demás vale (estos son mis conocimientos de base en aquellas fechas, ahora sé algo más). Además existen tres posiciones: Portero, Guarda y Medio (aunque se llame así, es el delantero). Con esta base, pude entender la forma de luchar por el balón, de atacar y de defender; y después de ver varios partidos, puedo decir que me entraron unas ganas locas de estar ahí abajo, en medio de la gresca subacuática. Pese a que estás a unos 4 mts de profundidad, sin aire, y peleando por un balón, tiene algo que no os puedo explicar, y eso que es lo que pretendía transmitir. Obviamente es muy duro, pero cuanto más partidos veía, más ganas me entraban de estar ahí abajo. Tiene un "nosequé" que te hace tener ganas de probarlo, y una vez probado, de jugarlo.
Cuando acabó el campeonato, les dije a mis sonrosados y torrados amigos:
-"Tíos, yo quiero jugar a esto".